Ben Carson (Kiefer Sutherland) ha tenido días mejores. Ha pasado casi un año desde que el inestable detective fuera suspendido de su trabajo en el Departamento de Policía de Nueva York tras haber disparado fatalmente a otro policía que trabajaba de incógnito, un accidente que no sólo le costó su empleo, sino que le llevó al alcoholismo y desató la ira que le alejó de su esposa e hijos, teniendo que pernoctar ahora en el sofá de su hermana, en Queens. Mientras Carson patrulla por los espeluznantes y chamuscados restos de los almacenes Mayflower, advierte algo siniestro en los fastuosos espejos que adornan sus paredes. En su inmenso cristal se reflejan unas imágenes terroríficas que inquietan profundamente a Carson.